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¿Qué es lo que te hace distinto a los demás?

El 2020 impone lo inevitable: las reglas del juego han cambiado. Ante la inestabilidad de las empresas, son cada vez más los trabajadores que buscan ingresos de forma independiente. El título universitario que tanto orgullo daba en el siglo XX está siendo relegado y sustituido en el siglo XXI por la imperante necesidad de forjar una marca personal que transmita nuestra esencia, valores y capacidades profesionales.

Atrás quedó aquello de «¿qué sabes y en dónde lo aprendiste?», para dar entrada a «¿qué haces y qué solución aportas?». No es casual que para esta pregunta encontremos respuesta en el boom de emprendimientos, freelancers y modelos de negocio con enfoque colaborativo.

Cuestionar creencias y reinventarnos profesionalmente requiere disciplina, convicción y… ¡estrategia personal! Y lo primero es… ¡creértela! ¿Cómo puedes lograr que eso que te apasiona sea un “hobbie” profesionalizado? Y especialmente, ¿qué decisiones estás tomando hoy pensando a largo plazo? La marca personal es consecuencia de construir credibilidad y reputación en tu campo de experticia.

Algo que catapultará tu trayectoria al crear una marca personal, es que de manera natural podrás adquirir mentalidad y actitud empresarial: tú puedes diseñar ese horizonte que te propicie estabilidad financiera y clientes satisfechos.

Una marca personal es el marketing aplicado a tu propio nombre, el arte de saber venderte. Por eso, una marca personal que conecte tu talento y tu esencial te ayudará a vivir en bienestar con el plus de hacerte cargo de ti mismo económicamente, honrando aquello que más te gusta ser y hacer.